En esta ocasión Justo me ofreció conocer el arroyo de Buanga, en las proximidades del pueblo de San Andrés, muy cerquita de Trubia.
El frío reinante era exagerado pero la actividad mereció la pena, una vez en el agua ya daba igual, los carámbanos que pendían de los árboles, mejor ni mirar pa ellos y que decir del agua; pero el descenso mereció la pena ya que el caudal iba cargadito y los pocos rayos de sol que salieron embellecieron el paisaje, la pena fue que se nos estropeo la cámara y no pudimos realizar fotos. Las que veis son cedidas por A.D. Cuasacas.
COMANDO DUBIDU
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